Se pintó la cara con plumones negros, se dibujo miles de tachas
que se mesclaron con su lagrimas. Marcó en sus manos donde debía cortarse, se tiro
al piso y lloro. Entonces escuchó las voces por la ventana, no sabía que no sería
capaz de escapar después, lo había descubierto, todo era cierto, había sido
engañada por todos. La vida se convirtió en un juego sin que ella lo supiera,
no escuchó cuando se cerraron las puertas de la habitación de la que no saldría
en los años por venir.
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